La enfática pregunta hecha por Hugo Chávez en una reunión con su gabinete en octubre de 2012, poco después de ganar otra elección presidencial, quedó sonando en los oídos de los venezolanos “¿Dónde están las comunas?”. Como un padre severo, Chávez ponía el dedo en la llaga del proceso revolucionario, que después recibiría especial atención de Nicolás Maduro. Desde el comienzo de su mandato, el presidente dijo estar comprometido con el desarrollo del poder popular.
Lea más:
Hay un “golpe en gestación” para tomar el petróleo, dice el embajador venezolano en Brasil
Un año después de la muerte de Chávez, queda mucho por hacer para que el Estado Comunal – objetivo principal de la Revolución Bolivariana se concrete, reconoció en una entrevista exclusiva para Opera Mundi el Ministro del Poder Popular para las Comunas, Reinaldo Iturriza. Sin embargo, dice el sociólogo y ex profesor de la UCV (Universidad Central de Venezuela), más allá de las barreras burocráticas e institucionales, hay un “deseo” popular, “que hace la diferencia para la creación de una sociedad diferente.”
Luciana Taddeo/Opera Mundi
Iturriza: “El pueblo está un paso por delante de las instituciones. Chávez era un monstruo de la política porque él tenía el mismo ritmo”
Para el Ministro, el ritmo de la población se superpone al de las instituciones. “Esta es la historia de la Revolución Bolivariana”, subrayó. Iturriza destaca que, especialmente en tiempos de crisis política, como el actual, agravado por lo que Maduro llamó guerra económica en contra de su gobierno, el fortalecimiento de las comunas es esencial. “En Venezuela, hacemos una revolución pacífica y democrática hace 15 años, con mucho esfuerzo para resolver las disputas mediante elecciones”, señaló.
Lea la entrevista completa:
Opera Mundi: En el último año se ha puesto mucho énfasis en las comunas. ¿Cuáles son las principales iniciativas?
Reinaldo Iturriza: Maduro las destacó ya en los días iniciales del “gobierno de la calle”, lo que significa que estaba reanudando parte sustancial del legado de Chávez. En el primer Consejo de Ministros después de ser elegido en 2012, Chávez planteó distintos temas y la eficiencia de las comunas era uno de ellos. Las comunas son uno de sus objetivos estratégicos. En el primer [programa] Aló Presidente, en 2009, se dirigió a estas ansiedades existenciales políticas relacionadas con la estrategia. Es decir, hizo un esfuerzo pedagógico y práctico para que el concepto quedara claro. Pero todavía falta mucho.
Lea más:
Occidente fabrica movimientos de oposición
25 verdades sobre las manifestaciones en Venezuela
La comuna es una nueva sociedad y todavía hay elementos abstractos. Sin embargo, tiene que ser concreta, de lo contrario es una falacia, y eso angustiaba Chávez. Él conocía la importancia de cuestionar las formas tradicionales de organización y quería la multiplicación de instancias de participación reticulares, utilizando nuevos mecanismos. Maduro reanuda esa consideración estratégica y, con su ritmo, decreta el mes de las comunas, con ganas de dar la visibilidad que esta cuestión merece. Las instrucciones eran muy específicas: teníamos que impulsar una política más amplia y sin sectarismos. El ministerio tenía que convertirse en una institución unificadora.
Otro paso fue la simplificación de los procedimientos para el reconocimiento de la comuna. Tenemos que apurarnos para no haya distancia entre las que están conformadas y trabajando, que sabemos que existen, pero aún no tienen registro, y las otras. En las normas legales, los consejos comunales articulan y conforman una comisión, impulsan un debate y preparan una carta fundacional. Después, al menos el 15% debe aprobar el registro. Una revelación es que había muchas más iniciativas de lo que imaginábamos. Hemos llegado a estimar 900 comunas en el país, pero había 1.400.
OM: ¿Esto demuestra que la población se mueve más rápido que el Estado?
RI: Esta es la historia de la Revolución Bolivariana. En general, el pueblo venezolano está un paso por delante de las instituciones que caminan lentamente, incluso las creadas en el proceso. Chávez era un monstruo de la política, porque él tenía el mismo ritmo que el pueblo. Y los acontecimientos recientes han demostrado que, incluso sin él, el pueblo chavista sigue ahí.
Efe
Maduro sostiene un cartel de Chávez. Una de las principales tareas dejada por el presidente fue la consolidación de las comunas
OM: ¿Es posible, con un ministerio, desarrollar un Estado Comunal? ¿No cree que esta estructura podría ser…?
RI: ¿Un obstáculo? Claro.
OM: ¿Y cómo se resuelve eso?
RI: Materializando las políticas. No estamos condenados a la institucionalidad, pero es fundamental reconocerla como un problema. El pueblo tiene la obligación y el derecho de controlar popularmente la gestión y nosotros, como institución, tenemos de crear las condiciones. Si se origina con medidas concretas que afectan a la dinámica territorial, es posible avanzar. Pero, en primer lugar debemos reconocer que, con el Estado así concebido, la renta va a ser siempre del mismo tipo – enemiga de esta revolución.
Lea más:
El chavismo en Venezuela vino para quedarse, dice politólogo
Salim Lamrani: “El País” y la Revolución Bolivariana en Venezuela
OM: Chávez llegó a preguntar si necesitaba eliminar el ministerio y clamó por la transversalidad, que todos los ministros se involucraran con las comunas…
RI: Hubo notables avances, pero todavía hace falta articulación. Un buen ejemplo es la relación con el Ministerio de Vivienda, con el cual el vínculo interinstitucional es extraordinario. Hubo un decreto para crear una comisión presidencial para el impulso de las comunas, integrada por casi la mitad del gabinete, que cuenta con más de 30 ministerios. Hemos hecho reuniones en las comunas, y existen subcomités que trabajan regularmente en el tema económico, que es donde estamos ahora poniendo énfasis, en el tema general de la participación.
OM: En tiempos de crisis y disturbios ¿cuál es la importancia de la comuna?
RI: Decisiva. No sólo las comunas, sino todas las formas de organización popular. En Venezuela, hacemos una revolución pacífica y democrática hace 15 años, con mucho esfuerzo para resolver las disputas mediante elecciones. Pero cuando se necesita disolverlas en la calle, es así, con la organización popular. Siempre que el chavismo disputa en la calle, vence. Según algunos medios, hay una guerra civil aquí. Pero, de hecho, la mayoría de los venezolanos están esperando el momento de actuar, ocupando las calles, exactamente lo que viene haciendo Maduro.
OM: ¿Hay comunas de oposición?
RI: Ninguna. La mayoría está en municipios chavistas y, en localidades de la oposición, prácticamente todas están en sectores gobernados por el chavismo. Es decir, hay una relación directamente proporcional entre el control estatal y el surgimiento y la consolidación de comunas. Además, con la desinformación, sumada a la “leyenda negra” del antichavismo acerca de las comunas, es absolutamente inconcebible una comuna antichavista. Los consejos comunales de oposición ya existen. Difícilmente se organizan para exigir lo mismo que la media nacional, como salud y educación. Por lo general, quieren más seguridad.
OM: ¿Cómo conciliar las responsabilidades diarias con la construcción de las comunas en las grandes ciudades, en comparación con las del campo?
RI: No tengo una respuesta. Sin lugar a dudas las dinámicas son muy diferentes. Dicen que las comunas son, por definición y naturaleza, rurales. Contra el latifundio, debemos seguir apoyando a los comuneros en el campo. Pero la comuna urbana no es inconcebible. Ella es parte de otra lógica. Tener la comuna como un territorio que produce cereales o la leche y que restringe los precios para que lleguen a la población es limitado y economicista. ¿No se produce cultura, relaciones en general? Hay pocas personas que piensan sobre eso, además de los comuneros de la ciudad. Así que parte de nuestro trabajo también consiste en crear las condiciones. Por eso es revolucionario. De lo contrario, bastaría con reproducir lo que ya existe. Nuestra deuda es sistematizar todo el flujo del conocimiento producido en estas comunas urbanas. Ellas están creándose y recreándose, y no es sólo para obtener fondos estatales. Otra tarea es el desarrollo de sus propias políticas. La gente quiere algo más, pero no saben qué. Nosotros tampoco lo sabemos, pero este deseo es lo que hace la diferencia en la creación de una sociedad diferente. De las 582 comunas registradas, casi la mitad se encuentra en las ciudades.
OM: ¿Cuál es la principal actividad productiva?
RI: Empezando por la Gran Misión Vivienda Venezuela, tratamos de estrechar la propuesta con oficios urbanos, crear la plataforma para desarrollar una industria que nos permite alcanzar la meta de viviendas. Cuando ella está en las manos de la empresa privada, la construcción es más cara. Algunas comunas están organizadas en brigadas de autoconstrucción y, en algunos casos, instalamos unidades de fortalecimiento en las ciudades para que las comunas vendan y distribuyan sus productos en el campo.
OM: ¿Y cuál es el potencial productivo de los municipios? ¿Hay cifras?
RI: Tenemos problemas de método. Por ejemplo, en un territorio, ¿sería mejor medir lo que los comuneros producen o todas las unidades de producción? Eso es porque allí existe también el latifundio y los pequeños propietarios. El Ministerio de Agricultura debe tener un número muy cercano a la realidad, pero de las unidades de producción agrícola. Para las comunas, primero es necesario definir cómo eso va a ser investigado. Entonces los comuneros sugieren criterios para identificar el potencial y los tipos de comunas. El saber comunero no es romántico. Se enfrentan con problemas todo el tiempo, y este escenario es el perfecto ejemplo de la forma como van un paso adelante.
Luciana Taddeo/Opera Mundi
Empresa textil de la Comuna El Panal 2021, en Caracas, produce miles de artículos semanales, como sudaderas y camisetas
OM: ¿Y cómo es la comuna venezolana?
RI: La mejor manera de definir una comuna es por el individuo que la conforma. En Venezuela, quien protagonista la revolución es fundamentalmente quien nunca fue militante y incluso votó por la derecha en el pasado. Antes, la mejor manera de asegurarse de que nadie iba a participar era pedir que lo hicieran. Pero Chávez interpelaba a este individuo para que se constituyera y viceversa. De esta manera, resinificó por completo el concepto de participación. El nuevo papel de la mujer lo ilustra bastante bien. En los consejos comunales, es una realidad casi universal que la señora que lidera los procesos no había ocupado este espacio público. La mayor presencia de las mujeres es palpable. Los voceros siguen siendo hombres y esto es un proceso que hay que investigar, pero la mujer es quien moviliza. ¿Cómo surge la comuna? Una vez creados los consejos, se inicia la transformación concreta en las comunidades. Y la gente entiende que, en conjunto, son más fuertes, y crean una comuna. Esto fue generado por el pueblo chavista. Ese protagonismo define la revolución, algo raro de encontrar en otros lugares.
OM: ¿Cuando las comunas ya no dependerán del Estado?
RI: Falta mucho todavía. Somos una sociedad que tiene elites construidas con una lógica de mono producción, apoyada en los ingresos del petróleo. Después de 15 años, estamos aún lejos de superarla. Sin embargo, nuestra supervivencia depende de victorias rápidas. ¡Tenemos que empezar ayer! Hacer frente a la guerra económica, que es la situación actual, pasa por la consolidación de las comunas productivas. Por supuesto que habrá errores en el camino, y la acción de las fuerzas del mercado. Pero creo en las herramientas, y sobre todo, en la gente. Para ello, tenemos que garantizar las condiciones. Pero cuando la comuna avanza por sí sola, la obligación del gobierno es dejarla tranquila y ayudarla a consolidarse.
OM: ¿Los venezolanos de hoy son conscientes de que están construyendo algo que es probable que no vean materializado en esta generación? ¿El ánimo no decae?
RI: Creo que lo saben, pero, al mismo tiempo, un falso dilema es la falta de perspectiva, porque la gente ve los resultados. En promedio, el comunero ve esto como un proyecto a largo plazo, construido con las luchas, paso a paso. Pero no puede ser no más que construcción. Se necesitan victorias, como derrotar la guerra económica, triunfar en las elecciones etc. Los niños necesitan comer, estudiar, disfrutar de todo lo que la revolución ha hecho en 15 años. Porque el amor con hambre no dura.
NULL
NULL